domingo, 29 de noviembre de 2009

Rv: isla_negra/ Roberto Obregón: Guatemala; Gabriel Impaglione: Argentina; Rosina Valcárcel: Perú..



--- El dom, 29/11/09, Valquiria <silvia.anaisnin@gmail.com> escribió:

De: Valquiria <silvia.anaisnin@gmail.com>
Asunto: isla_negra/ Roberto Obregón: Guatemala; Gabriel Impaglione: Argentina; Rosina Valcárcel: Perú..
Para:
Fecha: domingo, 29 de noviembre, 2009 08:41

isla_negra
casa de poesia y literatura. Director gabriel impaglione. mensajes: poesia@argentina.com

Inicio
Enviar artículo

Acerca de
Suscríbete al blog
Categorías
General [336] Sindicar categoría
agenda isla negra [1494] Sindicar categoría
arte [66] Sindicar categoría
autores en isla negra [5] Sindicar categoría
bios [602] Sindicar categoría
cartas [44] Sindicar categoría
concursos literarios [359] Sindicar categoría
cuento [408] Sindicar categoría
encuentros [4] Sindicar categoría
entrevistas [159] Sindicar categoría
lecturas [1289] Sindicar categoría
librocomentarios [187] Sindicar categoría
libros recibidos [27] Sindicar categoría
medios [18] Sindicar categoría
memorias [191] Sindicar categoría
musica [43] Sindicar categoría
palabra en el mundo [264] Sindicar categoría
periodico [2947] Sindicar categoría
poesia [5516] Sindicar categoría
prologos [21] Sindicar categoría
radio en la isla [75] Sindicar categoría
revista isla negra [15] Sindicar categoría
tangos [48] Sindicar categoría
uniones [22] Sindicar categoría
web [977] Sindicar categoría
Archivos
Noviembre 2009 [336]
Octubre 2009 [446]
Septiembre 2009 [508]
Agosto 2009 [553]
Julio 2009 [578]
Junio 2009 [329]
Mayo 2009 [318]
Abril 2009 [249]
Marzo 2009 [335]
Febrero 2009 [283]
Enero 2009 [387]
Diciembre 2008 [288]
Noviembre 2008 [366]
Octubre 2008 [426]
Septiembre 2008 [312]
Agosto 2008 [182]
Julio 2008 [267]
Junio 2008 [199]
Mayo 2008 [155]
Abril 2008 [195]
Marzo 2008 [197]
Febrero 2008 [199]
Enero 2008 [50]
Diciembre 2007 [181]
Noviembre 2007 [377]
Octubre 2007 [420]
Septiembre 2007 [357]
Agosto 2007 [305]
Julio 2007 [177]
Junio 2007 [347]
Mayo 2007 [330]
Abril 2007 [178]
Marzo 2007 [182]
Febrero 2007 [155]
Enero 2007 [49]
Diciembre 2006 [163]
Noviembre 2006 [164]
Octubre 2006 [316]
Septiembre 2006 [249]
Agosto 2006 [223]
Julio 2006 [192]
Junio 2006 [239]
Mayo 2006 [443]
Abril 2006 [821]
Marzo 2006 [705]
Febrero 2006 [187]
Enero 2006 [224]
Diciembre 2005 [191]
Noviembre 2005 [308]
Octubre 2005 [251]
Septiembre 2005 [215]
Sindicación (RSS)
Artículos
Comentarios
 


Roberto Obregón- Guatemala

UNCIÓN
Reduciré mi palabra
a una gota de agua,
la depositaré en la hoja
humedecida de tu lengua,
en tu sabroso paladar.
Y enmudeceré, contento.

Por lobogabriel - 29 de Noviembre, 2009, 7:48, Categoría: poesia
Enlace Permanente | Comentar | Referencias (0)

Roberto Obregón- Guatemala

poeta guatemalteco que destacó en la década de los 60. Había nacido el 13 de noviembre de 1940, en San Antonio Suchitepéquez, Mazatenango. Estudió Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala; entre 1958 y 1960 recibió cátedra de Flavio Herrera. Publicó sus primeros poemas, intitulados 'Los versos del alfarero'.
En 1961, obtuvo una beca para estudiar en la Universidad Patricio Lumumba, de Moscú, en donde siguió cursos de filosofía; de esa etapa, logró un doctorado en 1967. Viajó por varios países de Europa, y hasta 1968 fue que regresó a Guatemala.
Se integró al grupo recién formado "Nuevo Signo", que se había reunido para poder publicar los poemarios de sus integrantes. Obregón, anteriormente, había publicado varios de sus poemarios en la Unión Soviética, siendo traducidos a varias lenguas de esa nación. En Guatemala, publicó en 1969 "El fuego perdido".
En enero de 1970, el grupo "Nuevo Signo" había logrado publicar un libro en conjunto. El 28 de marzo de 1970, Roberto Obregón viajó a San Salvador, invitado por el grupo poético de ese país "Piedra y Siglo" para dictar algunas conferencias.
El 6 de julio del mismo año, la salida de Roberto Obregón quedó registrada en la aduana de salida de El Salvador, pero jamás se tuvo registro de él en la entrada de Guatemala; desapareció en ese breve intervalo de la frontera. Recientemente, seis días atrás, Manuel Arana Osorio había tomado posesión, augurando así las masacres de su período.
Roberto Obregón jamás apareció, pese al esfuerzo de sus padres por encontrarlo, pues él no era diputado al Parlamento Centroamericano (que ni existía para entonces) y las muertes de guatemaltecos en El Salvador o viceversa no merecieron tanta bulla como la muerte de los representantes salvadoreños.

Por lobogabriel - 29 de Noviembre, 2009, 7:32, Categoría: bios
Enlace Permanente | Comentar | Referencias (0)

Una postal para el día del arquero (Gabriel Impaglione - Argentina)

 Juan Carlos Olave,
por hacer posibles los imposibles


Antes de descolgar la bola con las dos manos y aterrizar como un bailarín del Bolshoi sobre el césped del área chica, una película de esas, bien caseras, le pasó frente a los ojos.
La vio con lujo de detalles, como en una pantalla gigante, a una velocidad fantástica. Y pudo reconocerse en cada escena y reconocer cada palmo de geografía, cada habitante de la cancha, el calidoscopio de las tribunas embanderadas.

—Eso le pasa a uno, sólo una vez en la vida, y depende de cómo termine sale uno disparado hacia el tiempo. El tiempo es infinito hasta que se demuestra lo contrario... pero nada, Pibe, nada... de qué te sirve saber que el tiempo es infinito si cuando te morís, listo, chau, se acabó y listo. Hacéla ahora, Pibe, ahora... ahora mismo... dale. ¡Volá! ¡Dale volá! Andá a buscarla antes que comience a caer y metele brazo a la distancia, colgate de esa luz mágica y atrapála ahora, no después, ahora Pibe, dale, dale ¡andá!

Qué maestro el Flaco, difícilmente encuentre otro como ese técnico. Bah, técnico, más que técnico, Maestro de Arqueros. Y eso es mucho más que técnico y que cualquier cosa. Porque sabés, DT... muchos, hay muchos... pero Maestro de Arqueros... muy poquitos, ehhh, poquitos... te los cuento con los dedos de una mano sin guante, si querés... porque, te explico, no es que un maestro de arqueros para llegar a la patria chica del área deba traer un pasado lleno de medallas, atajadas en el noticiero de la tele, penales desviados con el dedo índice de la zurda enguantada o vuelos celestiales, no... ese es el error... un maestro de arqueros, sabés, tiene que traer las revelaciones planetarias de la patria chica en el pecho. Mezcladas en la sangre bien caliente.
Y no cualquiera.

El Juan Carlos estaba en el aire, brazos extendidos, pelota fundida en la goma de los guantes implacables.
Y el tiempo detenido como en una postal del Día del Arquero.

Las tribunas alrededor como una jornada de gloria, azul y blanco estallándose en todas partes, y la defensa en su lugar exacto y el nueve ayudando en la medialuna y todo como estaba predicho.
Podía ver la película, claramente.

—Siempre arriba la rodilla, siempre arriba, inflando los pulmones, rodilla levantada y... voy ¡carajo! Que se caguen los delanteros contrarios, que se mueran de miedo, que se hagan pis en el punto del penal y en la raya del área chica, que tus compañeros se queden congelados pa evitar el encontronazo con la locomotora... ¡voooyyy carajoooo! Y arriba esos brazos, antes que la pelota se caiga, antes que la cabeza del nueve esté cerca, arriba, bien arriba, lo más arriba posible, con fuerza, ¡tenaza machaza! ¡Voy carajo!
Se veía doce, once años, flaquito, largo, lleno de miradas para todos lados y la vocecita que le saltaba apenas a los costados y que Don Carlos ni escuchaba desde el alambrado.

—¿Qué? ¿Gritó el Pibe o no gritó? —se preguntaba.
—¡Dale, gritá, no tengas miedo! —vociferaba Don Carlos y el Flaco se reía...
—Ya va a gritar...ya va a gritar, ¡cuando largue la mamadera!
Y el Pibe que se retorcía de bronca y amor propio.

Minuto cuarenta y el Juan Carlos arriba, en el espacio, colgándose de la luna.

—Esa es tu casa, tu barco, tu patria, la cama donde soñás a tu novia, la mesa de la cocina donde comés, hacés los deberes, allí plantás bandera, Pibe, y listo, no se toca, es tuya esa patria chica, tuya y de tus hermanos, y de tu novia, que cuando llega lo hace para que la abracés y la besés... y no se te quiere escapar ni pasar de largo, llega a dormirse en tu pecho...¡y vos minga que la largás! ¡Minga que la largás Juan Carlos! Es tuya y de nadie más... te pertenece, y cuando entra en tu patria chica está con vos y en vos y adentro tuyo y no hay nadie que la entienda mejor que vos, no hay nadie que la abrace mejor que vos, no hay nadie que la haga sentir mejor que vos cuando la abrazás... cuando no la soltás, cuando te pertenece.
¡Porque es tuya hasta el alma!

Ni el Diego la entendió tanto, Juan... ¿entendés? El Diego pudo haberla inventado si querés... le metió direcciones desconocidas, rotaciones inverosímiles, piques encantadores, combas jamás vistas... pero en sí, es tuya, haga lo que haga es tuya, te pertenece, y con eso no hay con que darle... ¿entendés...?
Te digo, es amor... puro amor... entendés... no hay forma de romper ese embretamiento entre vos y ella... te pertenece, la conocés... es tuya y ella te quiere a vos.
¿Te das cuenta?


Un palito de murmullo de cuarta vocal desenrollaba su brote en el césped detrás del arco, y nada.
El azul y el blanco estallándose por todas partes y un dos contrario mirando como se le rompían las ilusiones, finalmente.

—Y cuando vas, vas... derecho, decidido, lleno de aire y de fierros y de piedras y de postes y de vagones de tren y de paredones en los codos y de locomotoras en las rodillas, ¿entendiste? Vas, ¡vas Juan! Gritás y vas... y no hay muralla china que te pare el salto, la voz, el cuerpo levantando vuelo, vas... ¿entendiste? Nada de dudar, de quedarte parado, de clavarte a la raya, de mirar para otro lado, de pensar que ya está, que bueno, es una desgracia... ¡no!
Vas con las bolas como un ejército de kamikazes y no te importa que hay adelante. Grito ¡y voy carajo!, y arriba, bien arriba, lo más arriba posible, atenazo y vuelvo a la tierra. ¡Y suelto el aire mientras la abrazo a esa preciosura que es tu amor de toda la vida! Entendiste... Y miro alrededor... y que me vean: con esa luna en mi pecho y la boca llegándole al beso. ¿Tá claro?


Alguien se animó a pensar lo contrario. ¡Vaya a saber! Un gil de lechería, un loco, algún pelmazo que de fútbol nada... porque se agarraba la cabeza mientras no pasaba ni una.
Y el Viejo que comenzaba a hacer sonar la cajita de chicles para que los muchachos agudizaran la oreja y el cascabel de los botines del Cóndor saliendo a pique por la raya para campo contrario.

—Y una vez arriba, Juancito, ¡atento siempre!
¡Ojos bien abiertos en la altura pibe!
Desde allá arriba, desde las alturas celestes, como la camiseta que se pone tu corazón cada fin de semana, se ve mejor toda la cancha, se ve mejor el estadio entero, y la ciudad, y ¡el país si te lo proponés!
Pero a vos te interesa solamente el campo contrario, entendiste. Nada de filosofar mientras estás allá arriba, nada de eso: ojos bien abiertos; aire en los pulmones, tenazas apretando la luna en lo más alto, lejos de cualquier cabeza mortal, y la mirada Juan, la mirada larga y ancha y profunda, como la del águila, viéndolo todo, hasta advertir el pique del siete o del once, la soledad llena de urgencias del nueve que sale, la orfandad del último zaguero contrario dudando entre las vías aceradas del wing izquierdo o la puntada certera del diez cabeza levantada.
Eso, ahí, ¡ese es el secreto Juan! En la altura, allá arriba, atenazando, ya viste todo... y estás cayendo recién, ¡y ya viste todo! Como un Dios que ha descolgado la luna para que alguien se emocione allá abajo.


Un cronista deportivo pela un caramelo mientras le sonríe a la reportera del canal con acento centroamericano, que le devuelve un guiño de ojo azul como la altura en donde quedó un desgarrado hueco de pelota abrazada por dos alas implacables.
Alguien vuelve sobre el tema recurrente: está para el seleccionado. Y vuelta la polémica en el patio o en el living. En la boletería del Club no queda nadie.

Hay una cancha de puertas abiertas desde los veinte del segundo tiempo.

—Sabés qué pasa Juan Carlos... es ese el momento... el botón de muestra, entendés... si allí te clavás los botines al pasto, si allí te chocás contra tus compañeros, si allí cualquier fulano con la camiseta contraria te pisa los cordones o te puede en el salto, ¡cagaste hermano!
Pero en serio te digo: ¡cagaste con todas las letras!
Si no podés una de esas pelotas, no tenés patria chica, sos nadie en un terreno de prestado, y ahí ni una prefabricada levantás, ¡que vendrán a sacarte a patadas en el culo! ¿Entendiste? Es tu patria chica, carajo, mandás vos. ¡Nadie, pero nadie te puede ahí!
Sí, ya sé, no tomés de ejemplo la patria grande, ni la mediana, no... la verdadera patria siempre es otra cosa que se llena de huevos, de honra, de ética, de hombría, de solidaridad, de codo a codo, de vergüenza ajena, de valentía, de heroicidad, de sueños, de victoria... entendés... por eso haceme caso, vos pensá que es tu patria chica y listo, nadie la toca, ni se te ocurra aflojarle un centímetro... ni un milímetro a nadie...¿entendiste?
¡Mandás vos de punta a punta!
Y te sobra paño para embanderarla con tus colores... ¿entendiste?


La barra brava parece una quinceañera cada vez que sube el Juanca a las alturas... es tan lindo verlo que hasta el bosque larga a pasear aromas salvajes entre aullidos enamorados.
¿Quién puede decirle algo al Pibe? Si es ídolo, salvador, fuente de energía para todo el equipo, seguridad y más... ejemplo para las generaciones futuras. Prócer. Modelo de la estatua propia en los jardines del estadio.

Pero a él no le importa pensar en semejantes cosas.
Está en lo alto, echándole ojo a toda la cancha, preparando músculos de brazo derecho para el momento en que aterrice con sorpresa, con todo pensado, con el grito de ¡andá Cóndor! ¡Corréla carajo!

—Y te digo algo más: Ninguna canchereada con nadie, ¿entendiste? Siempre así, humildón, que sos un buen tipo, un tipazo, para andar refregándole ese don maravilloso que tenés, en la cara de los delanteros contrarios... vos... en la tuya, sencillito.

Y mucha agua, ¿entendiste? Mucha agua, mucho laburo, concentración, imaginación a full, pero a full en serio... y atento como si tuvieras que saltar en cualquier momento sobre la otra punta del arco. ¿Tá claro?

Vos en tu patria chica con tu piba enamorada y listo.

Y te veo y me acuerdo de aquel sablazo de uno de Rafaela que te rebotó en el pecho como si por primera vez en la vida te hiciera un desplante en público. Y el principio del fin para un partido que estaba recontraganado. Pero es así, ¿no? El fútbol es así. Esa maravilla de lo imprevisto. Ya está, tragamos saliva, miramos para otro lado, nos reímos por hacer algo nomás. Y de pronto vos hablándole a un gil a cuadros de micrófono en mano que se le pasa hablando boludeces de muchos, menos de un par que ya se sabe... y escucho que decís que la culpa fue tuya...y lo miro a Martín que está a mi lado y decimos: ¡Daaale! qué querés... y encima el Maestro ¡que es maestro, no milagrero! Porque, sabés, se te perdona cualquier cosa... si se te nota en los ojos ese amor que andás repartiendo en la patria chica. No es joda, che.

Mirá que el Buzo no le va a cualquiera... sabías, ¿no? Aunque se pare delante de los tres maderos del Estadio que sea, no es para cualquiera el Buzo... ya se sabe... todos lo sabemos.

Los tapones se hunden apenas en el césped y sale el latigazo a la punta y el grito que despeina al banco de suplentes: ¡Corréla carajo! Y el Cóndor que la corre, porque si no después se le arma la podrida con él y con el Maestro y con nosotros y todo el mundo, claro.
¡Y es vivo este Uno, ché! ¡Qué vivo que es! Todavía en el aire habilita al compañero mejor posicionado. Es seguro, arriba, abajo, tiene personalidad, pisa fuerte, es vivo... ¿quién me dice que no está para la Mayor? Y el partido que se termina.
Y la historia de toda una vida en la patria chica, que en cada pelota se cruza como una película que nunca termina de pasar ni de rodarse.

Y que ahora, en este preciso ahora de ahorita mismo, puede salir disparada a cualquier sitio del tiempo infinito. Porque a pesar de lo que le haya dicho el Flaco alguna vez, para él, para El Uno, el tiempo es infinito.

Mirá si será infinito... que en una simple descolgada de centro a la olla se cruzan tantas cosas, tantos recuerdos imborrables, tanta escuela desde los primeros años en donde el soplo de las revelaciones comienza a llenar los pulmones de íntima mística.
Mirá vos si fuera una de esas pelotas cruzadas, al otro palo, que desde afuera del área comienzan a tomar vuelo con destino de ángulo inalcanzable. Esas pelotas cuya trayectoria ingobernable marca un tiempo que se le mete a uno en el pecho milímetro a milímetro, y todo el salto del mundo a veces no alcanza para llegarles con el manotazo imbatible... pero sí alcanza, porque al final, en ese tramo final de no sé, ¿medio metro, más o menos? resulta que llega un envión desde el fondo del tiempo que alarga un dedo o achica el arco o pincha la pelota o resulta que al guante le nace un campo antigravitatorio alrededor que termina rompiendo el equilibrio de los cuerpos celestes...

¡Si lo sabrá este arquerito de la 96, de rulitos y pose canchera en la medialuna que se llama Gonzalo, a veces Martín el pelilargo de catorce y a full con los mejores sueños, mientras busca club como patria definitiva!
Cosas de arqueros, nomás... íntimas revelaciones, que se dice.
Por lobogabriel - 29 de Noviembre, 2009, 7:19, Categoría: cuento
Enlace Permanente | Comentar | Referencias (0)

Rosina Valcárcel / Lima, Perú

Suena la sirena

(a Víctor Jara)
 

Suena la sirena

¿Por qué la existencia que vivimos está muerta?

Nuestros héroes y heroínas

El 18 de Septiembre de 1973 Hace 36 años

Joan Jara, la compañera de Víctor debió enterrarlo

De modo casi clandestino Acompañada sólo por dos personas

La llovizna  púrpura y el alba / muchos no volvieron

Quién puede escuchar a la alegría oscilando cuesta abajo

Dónde quedaron las casitas del barrio alto

La luna es una explosión

Los hilos rojos de nuestros vestidos heredados

El derecho de vivir en Paz

Frágil como un volantín
El 4 de Junio del año 2009 Víctor Jara fue exhumado

En presencia de Joan y sus hijas Amanda y Manuela

Luego fue trasladado al Instituto Médico legal

Para realizar los peritajes correspondientes

A la investigación de su asesinato

Aprieto firme mi mano y hundo el arado en la tierra

¿Las miles de cartas de amor en el tacho de basura?

Vuelan mariposas cantan grillos la piel se me pone negra

Muchos traficantes venden a sus patrias

La furia del poderoso sonríe Los dictadores matan

Y el sol brilla brilla brilla

Y en la tarde cuando vuelvo en el cielo apareciendo una estrella

Hoy Víctor es "devuelto" a su familia

Ella y la Fundación Víctor Jara* acogen el deseo

Manifestado por miles de personas y organizaciones

De realizar el funeral de nuestro amado Juglar

Y custodiarlo hasta el Cementerio General

Víctor estará dos días (en la fundación que lleva su nombre)

Para que nuestros pueblos y compañeros puedan despedirlo

Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía soñaba

Con mis amores que en mis brazos los tenía

Abréme la puerta blanca La muerte me anda buscando

Se rompió el cordón de seda…

Las puertas se abrirán el Jueves 3 de Diciembre a las 12.00 horas

Hasta las 10.00 horas del Sábado 5

Hora en la que partiremos caminando al Cementerio

Corréle corréle corréla que te van a matar

Suena la sirena  La muerte rigurosa lo torturó lenta y atroz

Nunca se quejó del frío… Yo no canto por cantar  

Dejó su huella en el viento Siempre seré una canción nueva

Yo hago surcos  La vida y el amor lo nutren en la eternidad

Ya escucho a Víctor silbando con el ave Fénix: "Te recuerdo Amanda",

"La zamba del Ché", "Plegaria de un labrador": Lévantate y mírate las manos

Para crecer estréchala a tu hermano…
-----

(*El asesinato de Víctor Jara continúa impune. Nuestra exigencia de Verdad y Justicia se reafirma con el dolor Que ha significado remover su tumba. Demandamos verdad y justicia para el caso de Víctor Jara.

También para cada uno de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de Chile. El brutal asesinato de Víctor no ha impedido que su legado y ejemplo de vida trasciendan. Víctor sigue viviendo en el corazón de su pueblo. Fundación Víctor Jara).
28 noviembre 2009.

No hay comentarios: