lunes, 13 de mayo de 2013

JOSE ANTONIO CARCELEN ( QEPD) : EL CRIMEN FUE EN GRANADA

El crimen fue en GranadaPDFImprimirCorreo electrónico

Por José Antonio Carcelen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico


Han transcurrido 75 años de su asesinato. Su destino certero, en vuelo límpido y solidario, fue interrumpido. Desde esa tenebrosa historia,  perdura en el ara  de la sensible humanidad y de la poesía universal,  un dolor indescifrable. Federico García Lorca fue victimado por quienes odian la inteligencia y la vida;  las garras de la bestia parda y su oscuridad mortuoria, hasta hoy, nos llega y amenaza.
Federico, nació en el pequeño pueblo de Fuente Vaqueros, localidad situada a siete kilómetros de Granada, el día 5 de julio de 1898. No sufrió carencias económicas pues su padre, don Francisco García Rodríguez, era un próspero  agricultor propietario de bastas tierras agrícolas; su madre, Vicenta Lorca Romero,  era maestra de escuela;  ella fue quien motivó su afecto a la música y la poesía.  El hogar solariego, la naturaleza  deslumbrante lo acompañó durante toda su vida y le señaló el camino ulterior de su obra literaria  que no dejó nunca de ser íntima a su pueblo:
"El pueblo está rodeado de chopos que se ríen, cantan y son palacios de pájaros y de sus sauces y zarzales que en el verano dan frutos dulces y peligrosos de coger. Al aproximarse hay gran olor de hinojos y apio silvestre que vive en las acequias besando al agua. En verano el olor es de paja que en las noches, con la luna, las estrellas, y los rosales en flor, forma una esencia divina que hace pensar en el espíritu que la formó".
"Hoy de niño campesino me he convertido en señorito de ciudad [...] Los niños de mi escuela son hoy trabajadores del campo y cuando me ven casi no se atreven a tocarme con sus manazas sucias y de piedra por el trabajo. ¿Por qué no corréis a estrechar mi mano con fuerza? ¿Creéis que la ciudad me ha cambiado? No... Vuestras manos son más sanas que las mías. Vuestros corazones son más puros que el mío. Vuestras almas de sufrimiento y de trabajo son más altas que mi alma. Yo soy el que debiera estar cohibido ante vuestra grandeza y humildad. Estrechad, estrechad mi mano pecadora para que se santifique entre las vuestras de trabajo y castidad".
Su primer trabajo literario lo desarrolló a los 19 años, “Impresiones y Paisajes”, donde el joven genio asomaba  lo que seria su condición ética frente a los postulados y la practica confesional  de la religión católica. El libro fue costeado por su padre y fue  el producto de sus viajes por diversas regiones de España que le brindaron la  multiculturalidad del pueblo español; esa riqueza de bravura, color y sabiduría lo acompañó en toda su obra posterior.  Su educación artística, estudió música, piano y guitarra, formaron en el  joven poeta una visión prístina de la realidad que aparecía ante sus ojos y que alumbraron fuente y alma en su poesía. De esas páginas recordemos su narrativa crítica a esa condición humana:
“Es harta cobardía estos ejemplos de los cartujos. Ansían vivir cerca de Dios aislándose... pero yo pregunto ¿qué Dios será el que buscan los cartujos? No será el Jesús seguramente... No, no... Si estos hombres desdichados por los golpes de la vida soñaran con la doctrina del Cristo, no entrarían en la senda de la penitencia sino en la de la caridad. La penitencia es inútil, es algo muy egoísta y lleno de frialdad. Con la oración nada se consigue, como nada se consigue tampoco con la maceración. En la oración se pide algo que no nos pueden conceder. Vemos o queremos ver una estrella lejana, pero que borra lo exterior, lo que nos rodea. La única senda es la caridad, el amar los unos a los otros”.
El joven Federico se consterna, se duele, se interroga y nos dice sincero, sin la macula característica de los atrapados  en sectas, víctimas de sus dogmas:

“¡Qué silencio tan abrumador! Todos ven así el silencio cartujano, paz y tranquilidad. Yo sólo veo la inquietud, desasosiego, pasión formidable que late como un enorme corazón por estos claustros. El alma siente deseos de amar, de amar locamente y deseos de otra alma que se funda con la nuestra... deseos de gritar, de llorar, de llamar a aquellos infelices que meditan en las celdas, para decirles que hay sol, y luna, y mujeres, y música; de llamarlos para que se despierten para hacer bien por su alma, que está en las tinieblas de la oración, y cantarles algo muy optimista y agradable... pero el silencio reza su canto gregoriano pasional”.
Sus años aurorales no gritan, cantan a la vida. Y se duele ante tanta inutilidad vital, ante la locura de esa supuesta soledad que se desgarra ante su voluntaria y torturada negativa a vivir plenamente.

En 1914 ingresa a la universidad de Granada donde estudia Filosofía, Letras y Derecho. Sus compañeros de universidad le conocían  como músico. Mostró su admiración  por Debussy, Beethoven, Chopin y otros clásicos.  En  los claustros universitarios conoce al profesor Fernando de los Ríos quien dictaba la Cátedra de Derecho Político Comparado con quien sostuvo gran amistad y que en el futuro fuera una figura importante en el socialismo español. El ingreso a la universidad le permitió respirar otros aires, debió alejarse de su pueblo natal. El Federico de aquella época dejó sus impresiones en sus páginas autobiográficas.

“Los niños de mi escuela son hoy trabajadores del campo y cuando me ven casi no se atreven a tocarme con sus manazas sucias y de piedra por el trabajo. ¿Por qué no corréis a estrechar mi mano con fuerza? ¿Creéis que la ciudad me ha cambiado? No... Vuestras manos son más sanas que las mías. Vuestros corazones son más puros que el mío. Vuestras almas de sufrimiento y de trabajo son más altas que mi alma. Yo soy el que debiera estar cohibido ante vuestra grandeza y humildad. Estrechad, estrechad mi mano pecadora para que se santifique entre las vuestras de trabajo y castidad".
Primavera de 1919, Madrid. Fernando de los Ríos convence a los padres de Federico a que permitan a su hijo seguir sus estudios en Madrid, en la Residencia de Estudiantes que dirigía por aquel entonces Alberto Jiménez Fraud. La Residencia de Estudiantes representaba un gran aliento y la puerta para abrirse al mundo, a las ciencias y las artes, en una España que se debatía entre pasado y porvenir; la vieja feudalidad caciquesca, la monarquía y la iglesia más reaccionaria de Europa y el mundo trababan su paso a la modernidad y la justicia.  Mientras tanto obreros y campesinos, por primera vez en la historia humana,  se coronan victoriosos en la gran revolución socialista de la URRS bajo la conducción de Lenin. En su estancia en la Residencia Federico desarrolla su calidad artística y su compromiso  con la sociedad. Pudo profundizar, además, su visión estética de las genuinas expresiones populares al lado de la cultura universal. En esta casa de estudios entabló amistad con Salvador Dalí, Luís Buñuel, Rafael Alberti y otros intelectuales.
La Casa del Estudiante era un emporio de difusión cultural y no se cierra solo a determinas expresiones de la creación artística, más bien  abre un abanico plural al conocimiento y al debate. Federico se relacionó con diversos científicos, músicos y escritores: H. G. Wells, Max Jacob, Marinetti, Madame Curie, Ravel, Chesterton, Corbusieer, Wanda Landowska y muchos otros maestros son parte de los que frecuentan y contribuyen al enriquecimiento de los jóvenes estudiantes, la intelectualidad y el pueblo español. Son intensos sus dos primeros años en Madrid, se relaciona con gente de teatro, estrena “El Maleficio de la Mariposa” que resulta un fracaso. Conoce a Juan Ramón Jiménez por intermedio de Fernando de los Ríos: “Su poeta vino y me hizo una excelentísima impresión” le dice en carta Juan Ramón “me parece que tiene un gran temperamento y la virtud esencial, a mi juicio, en arte: entusiasmo”. Desde entonces Federico y Juan Ramón no cejaron en gratificante amistad que fue decisiva para su quehacer poético y apoyo a sus publicaciones: España, La Pluma o Índice.  Bajo su insistencia le convenció editar su libro Poemas, que es una selección de versos  escritos desde 1918 y que son una reminiscencia de sus anhelos infantiles, de su necesidad de intimar  con la naturaleza y de la fe religiosa. Abundantes trabajos en prosa y poesía. El libro fue publicado en 1921. Aquel esfuerzo lo alentó a ahondar en  el folklore, canción popular, el cante jondo y los títeres.
La presencia del maestro Manuel de Falla en Granada, 1920, motivaron visitas   frecuentes y tenía reuniones con un grupo de intelectuales en un lugar conocido como el “Rinconcillo”. La relación con Falla se hace más intensa al congeniar ambos con las corrientes estéticas de la época y su compenetración con el arte popular. El grupo emprende una intensa labor cultural destinada a preservar las manifestaciones artísticas granadinas contra el costumbrismo localista que encerraba las posibilidades de universalizar  las riquezas populares nativas. En junio 1922 con apoyo del ayuntamiento organizaron el Primer Concurso de Cante Jondo que tubo amplia repercusión en Europa y en el resto de España. El interés de Falla, Lorca y los intelectuales que los acompañaban era hacer una diferencia entre el cante Jondo y el Cante Flamenco que según ellos, era de creación más reciente. Intentaban su defensa ante la amenazante deformación que sufría el cante jondo como arte, pretendían  preservarlo de la adulteración que se extendía en la comercialización en los cafés de cante y preservar además a los cantaores no profesionales. Difundir,  demostrando,  la influencia  que habían tenido el cante, el baile y el toque jondo en la música no solo la española también en la rusa y la francesa.  La formula de Falla “de lo local a lo universal”, marcaria la vida de Federico García Lorca. Años más tarde Federico publicó su segundo libro de versos “Poemas del Cante Jondo”. Memorable es el estreno, que Federico y Falla al piano, hicieron en casa del poeta a sus amigos y familiares “La Niña que Riega albahaca, y el príncipe preguntón”, basada en un cuento andaluz. Interpretándose además La Historia del Soldado de Igor Stravinski. Unieron tradición y modernidad.
De su amistad con Dalí resalta la invitación que recibiera de su familia  a Cadaqués. Ese fue el primer viaje de Federico a Cataluña, esa y una segunda incursión, le dejaron inolvidable huella que alumbraron su obra. De  la reciproca amistad que ambos sostuvieran se ha dicho mucho por el afecto que  se profesaban, fruto de esa relación amorosa fue “Oda a Salvador Dalí” que fue publicada en la Revista de Occidente. Lo más significativo es que ambos se influyeron. Dalí que incursionaba en corrientes surrealistas y Federico que asumiendo su libertad de creador,  mantuvo su personalidad estética. En 1927 al estreno en Barcelona, de su tragedia “Mariana Pineda”, Dalí accede a la creación de la escenografía.
La generación del 27. Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Jorge Guillan, Dámaso Alonso, Emilio Prados, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre. Había redescubierto a Luis de Góngora y Argote (1561, 1627) poeta barroco, de límpida metáfora, armonizador de mundos diversos, según Lorca, por su conocimiento y uso de la mitología “su lenguaje cayó en la poesía española como un rocío vivificador”. El grupo de poetas anunció el inicio de una nueva poesía que rescate los valores de la literatura de las generaciones anteriores y las de su propio arte. Inician una campaña de reconocimiento a Góngora, campaña que da inicio a una nueva actitud generacional (la del año 27 del siglo pasado)  en lo que seria a la postre la nueva poesía española.
En 1928 se publica “Primer Romancero Gitano” libro que junto a “Canciones” obtienen sonado éxito. El libro Romancero Gitano fue increpado por Dalí quien en carta le dice que la obra está"ligada en absoluto a las normas de la poesía antigua, incapaz de emocionarnos", y que el libro pecaba de "costumbrismo" y "moviéndose dentro de la ilustración y de los lugares comunes más estereotipados y más conformistas  
Buñuel al igual que Dalí se suma a las críticas. Ambos intentaban arrastrar a Federico hacia las corrientes surrealistas en que prima lo emocional como signo expresivo. Lorca arrecia su estado depresivo motivado por el hecho de ser ya una figura publica y porque se negaba a ser encasillado en un gitanismo localista. Agrava su situación por haber vivido una frustrante experiencia emocional con un joven escultor.
"Estoy convaleciente de una gran batalla y necesito poner en orden mi corazón. Ahora sólo siento una grandísima inquietud. Es una inquietud de vivir, que parece que mañana me van a quitar la vida" [A Rafael Martínez Nadal, agosto de 1928].
En estas circunstancias Fernando de los Ríos acude lo invita  acompañarlo a Nueva York donde tendría oportunidad de frecuentar otra realidad y aprehender el Inglés  y tal vez renovar su poesía. Viajan para arribar a NY el 26 de julio. Su estancia en esa ciudad le dio nuevas luces, ante sus ojos se abría un novedoso panorama, una ciudad en la modernidad, automatizada, pluricultural. Escucho  jazz y blues, paseo por Harlem, conoció el cine sonoro, leyó a  Walt Whitman y a T. S. Eliot. Y emprendió una de sus obras más importantes: “Poeta en Nueva York”.  En 1930, parte a la Habana Cuba. Fue su primer contacto con América de Habla española, en sus tres meses de estancia en la isla, el poeta recupera su alegría. Dio una serie de conferencias. Exploró la cultura y la música afro cubana, compuso un son basado en el folklore negro. “Esta  isla  es un paraíso. Cuba. Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba. Escribió en carta a sus padres.
Mientras tanto España vibra, se abre paso una nueva época al proclamarse la II República en abril de 1931, año del regreso de Federico. Con inusitado entusiasmo empieza a colaborar en el proyecto, Fomento de Intercambio Cultural Entre los Pueblos y las Ciudades. Se deben organizar comités de cooperación intelectual destinados a la agitación y formación cultural. Federico García Lorca participa activamente en el dictado de conferencias y poesía. Salamanca, Sevilla, Santiago de Compostela y diversas localidades de España escucharon la palabra de Lorca versando sobre la sabia popular, el cante jondo y leyendo poemas que había escrito en Nueva York. A esta tarea el la llamo: "una maravillosa cadena de solidaridad espiritual". 

El aporte más importante, de Federico, a este plan de la política cultural de República fue la organización de la Barraca grupo de teatro universitario que dirigió junto a Eduardo Ugarte. La idea del grupo se sostiene en el quehacer del pueblo español que años atrás había sostenido una vigorosa tradición de representaciones teatrales a cargo de grupos no profesionales, se trataba de continuar, incluyendo este ejercicio al nuevo  quehacer. A inicios de 1932 representan obras del teatro clásico español las cuales se difunden a lo largo y ancho de España. Federico alumbraba la idea, años antes, de “construir una barraca con capacidad para 400 espectadores, con el fin de salvar el teatro español y poner al alcance del pueblo obras de Calderón de la Barca, de Lope de Vega, comedías de Cervantes… Resurrección de la farándula ambulante. Llevaremos La Barraca a todas las regiones de España; iremos a París, a América…, al Japón” (En España con Federico García Lorca, pp. 12-128). De la experiencia con La Barraca Federico enriquece su concepción del arte teatral popular, ahora lo define como la expresión artística más elevada, Hamlet, Esquilo. Lo mejor de la creación universal para nuestro pueblo, deslindaba con el populacherismo frívolo del arte burgués, que estaba destruyendo la literatura dramática del pueblo español.
Es el verano de 1933 Federico es invitado a Buenos Aires por el éxito de su tragedia Bodas de Sangre. La invitación vino de parte de la  compañía de Lola Membrives y su esposo, el empresario Juan Reforzo. Tras el resonante éxito de Bodas de Sangre, Lorca desarrollo una intensa actividad literaria, conferencias, recitales y de dirección de sus obras, Mariana Pineda, La Zapatera Prodigiosa, el Retablillo de don Cristóbal y una adaptación de la Dama Boba de Lope de Vega. En Buenos Aires, Lorca alcanzo la cima del éxito, bodas de Sangre fue representada en más de 150 funciones. Fue un momento clave en su vida  al comprobar que en otras latitudes su teatro era necesario y gustaba, que podía librarse de la dependencia económica de sus padres, que ya no estaría a merced de los productores madrileños que exigían comercio antes que arte. Su paso por Buenos aires y Montevideo dejo simientes y nuevos amigos como Pablo Neruda y Juana de Ibarbourou.
A su regreso a España en abril de 1934 Federico García Lorca intensifico su trabajo dio a luz Yerma, Doña Rosita la Soltera, La Casa de Bernarda Alba y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Fue a Barcelona a dirigir sus obras y dictar conferencias. Durante 1934 y 1936 se empeño en la renovación del teatro español desde la Barraca y la organización de grupos teatrales que deberían crear en antípoda a los grupos comerciales. En esta fase de su vida, Lorca confirmaría vehementemente su posición frente a la responsabilidad social del artista, en especial la del dramaturgo. En una función que Margarita Xirgu represento una función especial de Yerma, a los actores, en el Teatro Español, salió al escenario Federico para exponer su visión del teatro de “acción social” dijo: “Yo no hablo esta noche como autor ni como poeta, ni como estudiante sencillo del rico panorama de la vida del hombre, sino como ardiente apasionado del teatro y de su acción social. El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la educación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en pocos años la sensibilidad de un pueblo; y un teatro destrozado, donde las pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar a una nación entera. El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equivocadas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y el sentimiento del hombre".
España ingresaba a una fase violenta, Federico era atacado por la prensa fascista que motejaba su obra, Yerma, como inmoral y pornográfica. Lorca respondió: “Luchar para seguir la independencia que me salva… Para calumnias, horrores y sambenitos que empiecen a colgar sobre mi cuerpo, tengo una lluvia de risas de campesino para mi uso particular” Federico estaba próximo a cumplir 38 años y tenia en ciernes varias obras dramáticas, planeaba otro viaje a América, Margarita Xirgu lo esperaba en México. La popularidad de Lorca disgustaba a la derecha fascista quienes lo detestaban y denostaban por sus continuas declaraciones a la prensa, por su amistad con Fernando de los Ríos quien era Ministro socialista, y por su amistad con Margarita Xirgu: El mundo está detenido ante el hambre que asola a los pueblos. Mientras haya desequilibrio económico, el mundo no piensa. Yo lo tengo visto. Van dos hombres por la orilla de un río. Uno es rico, otro es pobre. Uno lleva la barriga llena, y el otro pone sucio el aire con sus bostezos. Y el rico dice: ‘¡Oh, qué barca más linda se ve por el agua! Mire, mire usted el lirio que florece en la orilla'. Y el pobre reza: ‘Tengo hambre, no veo nada. Tengo hambre, mucha hambre'. Natural. El día que el hambre desaparezca, va a producirse en el mundo la explosión espiritual más grande que jamás conoció la humanidad. Nunca jamás se podrán figurar los hombres la alegría que estallará el día de la gran revolución. ¿Verdad que te estoy hablando en socialista puro?" [Entrevista en La Voz, Madrid, 7 de abril de 1936].
Por toda España corría el rumor de un eminente golpe militar. Lorca ante el peligro decidió ir a Granada a reunirse con su familia. El día 14 de julio llego a la huerta de San Vicente.
El 17 de Julio llegó el día aciago para el pueblo español. En Marruecos, Francisco Franco proclamo  el alzamiento golpista contra la República. El día 20, el centro de Granada había sido tomado por las fuerzas falangistas. El cuñado de Federico, Manuel Fernández Montesinos, esposo de su hermana y alcalde  de la ciudad fue arrestado en su despacho del Ayuntamiento y al cabo de un mes de prisión fue fusilado por los golpistas. El dolor que sufrió la familia fue tremendo, Federico intuyo que corría peligro quedándose en la huerta de San Fernando, en familia decidieron, entre dos alternativas, o se ocultaba en la casa de Manuel de Falla quien gozaba de amplio prestigio internacional o en casa de la familia Rosales, en el centro de la ciudad. Lorca escogió esta última por el grado de confianza que tenia con dos de los hermanos del poeta Luis Rosales quienes eran destacados falangistas. La tarde del 26 de agosto se rodeo de guardias y policías la manzana y se apostaron hombres armados en los tejados de las casas aledañas, donde se ubicaba la casa delos Rosales. La tarde del 26 de agosto de 1936, Lorca fue hecho prisionero por Ramón Alonso, derechista fundamentalista que profesaba profundo odio por los Rosales y por el poeta. Lorca fue trasladado al Gobierno Civil de Granada en custodia del gobernador, el comandante José Valdés Guzmán. Los cargos de la denuncia, firmada por Luis Alonso acusan al poeta de “ser espía de los rusos y estar en contactos con estos por radio. Haber sido secretario de Fernando de los Ríos,  y ser homosexual. En su reclusión fue torturado durante los tres días que  sufrió prisión. Los intentos por salvar a Lorca fueron vanos. Ni Falla, ni la familia Rosales, lo pudieron. Hay índicos que la decisión venia desde lo más espurio de la bajeza fascista.
Fue asesinado, la madrugada del 18 de agosto de 1936 en el camino que va desde Víznar a Alfacar y su cuerpo permanece impunemente enterrado en una fosa común al lado del cadáver de un maestro nacional, Dióscoro Galindo y de los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
Por encima de las pezuñas fascistas, nazifalangistas, se eleva la obra incólume del heroico pueblo español en la voz genial del más universal de los poetas, Federico García Lorca.


El crimen fue en Granada
Antonio Machado

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico.
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
…Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada…
Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque – yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.

“Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban…
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”
Se le vio caminar…
Labrad, amigos,
de piedra y sueño, en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada.
  

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