jueves, 1 de septiembre de 2016

Fwd: 1 de septiembre. Parla el fogón. Rosario Panez: Flor de piedra, los tejados. / ¿Por qué tantas casas abandonadas?


---------- Mensaje reenviado ----------
De: <dsanchezlihon@aol.com>
Fecha: 1 de septiembre de 2016, 16:25
Asunto: 1 de septiembre. Parla el fogón. Rosario Panez: Flor de piedra, los tejados. / ¿Por qué tantas casas abandonadas?
Para:


 
 
 
 
 


CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2016 AÑO
CONSTRUCCIÓN DE CONCIENCIA
Y CONCRECIÓN DE SOLUCIONES
 
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 
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¿POR QUÉ
TANTAS CASAS ABANDONADAS?
Gaby Vallejo, connotada escritora boliviana quien irradia su labor desde Cochabamba, asistió al último Capulí, Vallejo y su Tierra, llevado a cabo en el mes de mayo del año en curso, 2016. Viajaba pendiente de cada rasgo de la gente y de todos los escenarios que encontraba a su paso en el recorrido itinerante de este peregrinaje.
Quedó maravillada, tal y como lo ha escrito y se ha publicado, de la organización del certamen que recorre pueblos y que en el presente año abarcó: Lima, Trujillo, Otuzco, Huamachuco, Santiago de Chuco y Cachicadán.
Le sorprendió la belleza del paisaje de nuestra costa y serranía. Y la dejó impresionada la adhesión de los niños que salían a recibirnos a nuestro paso. Sin embargo en determinado momento la escuché decir mientras miraba por la ventana del ómnibus:
– ¡Me desgarra el alma!
– ¡Qué! –Le indagué preocupado.
– ¡Las casas abandonadas!
Fue uno de los rasgos de nuestro paisaje que nos hizo notar y al cual nosotros creo que nos hemos malacostumbrado, sin que nos cause alarma ni nos llame siquiera la atención. Según ella eran demasiadas casas abandonadas en las ciudades, aldeas y a lo largo y ancho de los caminos.
E incluso pueblos enteros yacen abandonados, y que se han tornado fantasmales. De casas con los techos desvencijados, con las ventanas ladeadas, los muros desportillados, las puertas clausuradas y salidas de sus marcos.
– ¿Por qué? ¿A qué se debe? ¡Es lacerante!
Pensando y haciendo hincapié en este panorama en el fondo ¿no es esto una traición? Está bien: nos hemos ido a buscar un mejor porvenir en las grandes metrópolis, hemos emigrado al extranjero. Pero no es razón para que nuestras casas de origen sean cementerios ni tierra arrasada. ¿Qué alevosía es esta? ¿Somos hijos leales y agradecidos? No seamos pérfidos con nuestro origen, nuestra infancia y nuestros padres.
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
*****
 
1 DE SEPTIEMBRE
 
 
PARLA
EL
FOGÓN
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
FLOR
DE PIEDRA,
LOS TEJADOS
 
 
Rosario Panez
 
Presentación
de la obra
 
Para mi es una gran satisfacción  compartir con ustedes, las impresiones, reflexiones y el deleite que ha causado en mí la lectura del libro que Danilo nos entrega  esta noche "Flor de piedra, los tejados" cuyo personaje principal son  los tejados andinos, a los que considera "alma e identidad de  estos pueblos".
Y para trasmitirnos lo que son y lo que significan los tejados para él y para su querido pueblo nos conduce a las profundidades y al misterio de esa alma y de esa identidad, caminando por lo más profundo y hermoso de su propia alma.
Y de la mano de Danilo, alumbrados por la luz de su poesía, entramos en el frondoso universo del poeta, donde  habita su infancia, sus primeros quereres, sus más caros recuerdos, su casa y la tan querida tierra andina poblada de innumerables personajes como las calles, las puertas, los balcones, los patios, y los tejados.
 
Se humaniza
los tejados
 
Y estos personajes son seres  tan humanos, tan llenos de vida y tan intensamente emotivos como lo es su propia alma, pero Danilo no solamente nos muestra a estos seres estremecidos por profundas emociones humanas,  sino  también con una naturaleza, además de humana, mágica y sobrenatural.
Así, los tejados se  quiebran por emociones como la ternura y tuercen su cuerpo vegetal por el dolor que les causa el sufrimiento de los hombres.
Pero no solamente son profundamente humanos y hondamente emotivos, sino que son también poseedoras de una naturaleza sobrenatural.
Y no sólo porque los sostiene el árbol del maguey, que es una antigua divinidad: "guardián de los caminos", sino que están conformados por las tejas que son hadas, y en los tejados se guarecen los ángeles y lloran las almas.
 
Su profundo
sentir
 
Esto significa que los tejados, estos seres complejos de esencia humana, divina, y mágica logran la hazaña impensable (para nuestro pensamiento lógico) de relacionarse con los seres que pertenecen a estas tres diferentes dimensiones.
Pero no lo hacen a través de la palabra o del intelecto, que para nosotros son tan caros, sino con la emoción y los sentimientos, como la solidaridad, la ternura y el dolor por el sufrimiento del otro, y esto es posible debido a que en sus tres naturalezas los tejados son profundamente emotivos.
Pero los tejados no solo sienten emociones sino que a través de profundos e intensos sentimientos acogen, protegen y se identifican con estos diferentes seres hasta el punto de que su cuerpo se cimbra, se tuerce por el dolor que les causa su sufrimiento y, de esta manera, llevan para siempre su profundo sentir por el otro en su  propio cuerpo. Y es que  el sentimiento y la emoción son la esencia de los tejados y de los personajes que habitan en el universo de Danilo.
 
La  visión
poética
 
Y visto esto, nos preguntamos ¿Qué nos dice esta visión poética y mítica de los tejados andinos que nos  entrega  Danilo?
Los tejados, son personaje que habitan desde siempre  en  el universo privado de Danilo, porque los conoció por la vivencia desde que era un niño pequeño.
Y nos lo muestra tal y conforme son en lo profundo de su alma y en el alma colectiva de su pueblo. Por lo tanto, nos  entrega una verdad individual y colectiva; una verdad  a la que no es fácil acceder.
Porque la verdad poética al ser una de las más puras y profundas verdades solo es posible encontrarla cuando el poeta la busca dentro de sí, en las hondas profundidades de su alma; y buscar la verdad en estas profundidades es también la única manera de hacer poesía.
Y el único lenguaje que puede trasmitir la verdad encontrada en este ámbito profundo y primario es el lenguaje poético, que es un lenguaje primigenio.
 
La visión
mítica
 
Pero además de una visión poética, la visión de los tejados que nos muestra Danilo es una visión mítica porque es una visión compartida y sentida por una población que ha tenido experiencias comunes desde tiempos remotos y que tiene una manera de sentir, pensar e incorporar la realidad, que es propia del alma colectiva de los pueblos.
Y es una visión mítica porque los tejados surgieron de la creación del pueblo andino en respuesta a necesidades que les eran comunes y porque los hicieron con arcilla y agua de su terruño y  con sus propias manos.
Y porque continuaron haciéndolos, de generación en generación, debido a que respondían al ecosistema donde vivían y a sus necesidades de sobrevivencia y afectivas más profundas.
 
Alma
e identidad
 
Ellos hicieron las tejas de la propia tierra para formar techos de agua, buscando que éstos los cobijen, los protejan, los defiendan de las fuerzas de la naturaleza propias del ande, tales como, las fuertes lluvias, el frio, el viento, las tormentas y hasta, posiblemente, de algunos animales.
Los tejados les dieron seguridad para vivir, y protección para dormir pero cuando se levantaban y salían los veían siempre allí, fieles, dispuestos a cuidarlos, esperándolos, formando parte de su entorno cotidiano, de su casa, de su vida, y  totalmente integrados al hermoso paisaje andino, y como parte indesligable de aquel mundo. 
No hay duda alguna que en el alma colectiva de los pueblos andinos el tejado no es sólo un techo, es un ser lleno de humanidad, divino y mágico, profundamente asociado a los afectos más tempranos de cuidado, seguridad y protección; y de arraigado en la cosmovisión del pueblo andino y, por todo ello, como nos dice Danilo, los tejados son  "alma e identidad" de estos pueblos.
 
Ser
por siempre
 
Y si la identidad es la esencia que hace que un ser individual o colectivo sea lo que es, y que se mantenga en el tiempo a pesar de los cambios inherentes a la existencia, los tejados andinos son esencia porque fueron creación del pueblo andino porque les eran esenciales para vivir y porque forman parte indesligable del paisaje andino, de su cultura y de su cosmovisión. Y porque se  han mantenido en el tiempo, de generación en generación.
  Y  si los tejados son alma e identidad del pueblo andino, hay que cuidarlos, porque no se puede perder el alma, no se puede perder lo que uno es. Y tienen que ser por siempre como son, de tejas y no de calaminas, porque, cito a Danilo:
"Perdidos los techos de tejas del pueblo andino, estaremos perdiendo nuestra esencia, estaremos desapareciendo definitivamente y para siempre, y con nosotros el mundo andino  y su asombrosa cultura. Y también, –añade–, se perderá la poesía, que  es el soplo vital, terrenal y divino, del cual estamos hechos todos los hombres".
 
 
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CONVOCATORIA
 
XVIII ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
TELÚRICA DE MAYO, 2017
 
LIMA:
 LUNES 22
 
TRUJILLO:
 MARTES 23
 
GUADALUPE
MIÉRCOLES 24
 
CHEPÉN
MIÉRCOLES 24
 
OTUZCO
 JUEVES 25
 
HUAMACHUCO
 JUEVES 25
 
SANTIAGO DE CHUCO:
 VIERNES 26
 SÁBADO 27
 
CACHICADÁN
 DOMINGO 28
 
ANGASMARCA
DOMINGO 28
 
TODO EN EL MES
 DE MAYO DEL AÑO 2017
 
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