miércoles, 1 de mayo de 2013

[Correo-de-Salem] Camarada Violeta


El primero de mayo, Violeta Valcárcel habría cumplido años. Los cumple
su hija, la poeta Rosina. En homenaje de ellas y del día internacional
de los trabajadores, publico este texto del recuerdo. Hay que
escucharlo con esta música.
http://www.youtube.com/watch?v=IMKe6QVjT84

Se puede leer en:
http://www.elcorreodesalem.com/2011/09/18/camarada-violeta/

Camarada Violeta
No es verdad que el Muro de Berlín haya caído y con él se haya acabado
el bloque socialista. Lo cierto es que lo echaron abajo miles de
trabajadores de la Alemania capitalista empujados por el hambre y
ansiosos de entrar de una vez por todas en el paraíso proletario.
En la película Good bye, Lenin un joven berlinés inventa esa historia
y otras similares con el afán de evitarle un gran dolor a su madre,
una dama comunista postrada en el hospital debido a un accidente que
la hiciera perder la conciencia semanas antes de los históricos
sucesos de Berlín.

Lo recuerdo porque hace pocos meses visité a Violeta Carnero, la vieja
luchadora social peruana que acompañara a su esposo, el poeta Gustavo
Valcárcel, durante toda una vida en la demanda por la nacionalización
del petróleo y de las minas, en el reclamo por tierra para los
campesinos, en la exigencia por justas condiciones laborales y en la
proclama por libertad sin restricciones para todos. Todas esas luchas
se confundieron siempre con el sueño incesante, desmesurado y poético
de un futuro mundo socialista en el que "ni pobres ni ricos habrá, y
la tierra será un paraíso de toda la humanidad".

Ninguna de esas luchas fue gratuita. A los Valcárcel, dedicar sus
afanes a las causas más generosas les costó una vida de negación de
oportunidades y de expulsión de puestos de trabajo al igual que seis
temporadas en la cárcel, seis años de exilio, más de veinte de
persecución y una sombra de pobreza que rodeó al poeta y que no cesa
de perseguir a su amada superviviente. La camarada Violeta vivía en
una torre de San Borjadesde que, luego de cincuenta años a su lado,
falleciera Gustavo en 1992.
No la había visto desde antes de la disolución de la Unión Soviética.
Esperaba, por lo tanto, un piadoso silencio sobre esos sucesos, pero
no fue así. El pequeño departamento de Violeta estaba colmado por
afiches con los rostros de Marx, Engels, Lenin, Fidel y el Che
Guevara, un poema de Javier Heraud y decenas de pines con la hoz y el
martillo y los rostros jubilosos de los cosmonautas soviéticos que
llegaran al espacio antes que los norteamericanos.

Violeta estaba radiante. Condenó las guerras que iniciara Bush y la
ignorancia prepotente de ese presidente, y me dijo que todo ello era
muestra de que el capitalismo estaba agonizando.
-Ya nadie podrá negar la perversidad intrínseca de este sistema que
necesita del genocidio para sobrevivir.

Quise recordarle que la Unión Soviética había dejado de existir y que
Cuba era una isla acorralada por la mayor potencia militar de todos
los tiempos.

-¿Acorralada? Si ha sobrevivido acorralada durante cincuenta años, eso
significa que ha comenzado a vencer.-me respondió y añadió:

-Espera un momento, hijito. Voy a poner un poco de música- me pidió y
fue a prender una anticuada casetera porque los modernos MP3 todavía
no habían llegado a su casa.

Mientras los acordes de la "Internacional" desbordaban la pequeña
torre, recordé sin decirle que el Che Guevara había muerto, que Luis
de la Puente Uceda había caído y que muchos jóvenes habían entregado
su vida o renunciado a su libertad soñando con la letra de esa canción
o entonando la que ahora me devolvía el otro pequeño casete:

Una mattina mi son svegliato
O bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao ciao
Una mattina mi son svegliato
Eo ho trovato l'invasor
O partigiano porta mi via
O bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao ciao
O partigiano porta mi via
Che mi sento di morir

Ya no escuchaba a Violeta, y a lo mejor tampoco me hallaba en este
nuevo milenio en el que los poetas y escritores para ser considerados
hombres serios y merecer un sitio en las revistas y en las librerías
deben abjurar de sus sueños y de su pasado, llamar dictador a Fidel
Castro y condenar como extemporáneas las bravas nacionalizaciones de
Evo Morales. Las pilas de la casetera se agotaban y los parlantes
roncaban, pero yo seguía escuchando:

Y si yo caigo, en la guerrilla.
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Y si yo caigo, en la guerrilla,
coge en tus manos mi fusil.

Cava una fosa en la montaña.
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Cava una fosa en la montaña
bajo la sombra de una flor.
Sobre la pared, colgaba una reproducción del retrato que le hiciera en
México Diego Rivera. Al lado del aparato de música, la autógrafa de un
poema que le escribiera Gustavo repetía desde un papel amarillento:
"Sobre la almohada, a mi lado / tibio yace tu último sueño/ ahora en
cambio la ciudad acoge / tu vehemencia.

Gustavo falleció durante los días del derrumbe del campo socialista
que para él debieron ser particularmente crueles y, sin embargo, como
lo ha contado otro buen poeta, Juan Cristóbal, declararía en su
testamento que agonizaba con el corazón poblado de flores y de
socialismo.

Esas frases y la propia música me recordaron que la derrota del bloque
no involucraba necesariamente la del socialismo que, en vez de una
opción política, ha sido para mí siempre una dimensión ética y una
manera poética de vivir y de morir.

Cuando terminó "O bella ciao", fallaron las pilas o acaso la casetera
se puso en huelga, y recién entonces volví al Tercer Milenio y a la
postmodernidad. Violeta me sonreía como si en vez de regresar a estos
años, hubiéramos llegado de pronto a los del futuro del triunfo
inevitable. Dirigí mi vista a la ventana y la luz del crepúsculo se
había tornado en una fascinante aurora roja. Me despedí apresurado.

Varios meses después, Rosina Valcárcel, me dijo en un email que su
madre acababa de salir de un hospital y que estaba derrotando a alguna
reaccionaria dolencia humana. Recordé un poema de Gustavo: "A las
enfermedades no hay que darles tregua, hay que enfrentarlas como a los
tiranos, de frente". Y a cada rato pienso que a lo mejor todo esto que
dicen que es verdad, es pura mentira. El planeta se sigue ladeando
hacia la izquierda. Tiene razón el corazón. Tiene razón la vieja
bolchevique, la camarada Violeta.


Eduardo González Viaña








Eduardo González Viaña





Con este mensaje, va también la invitación a visitar mi página web:
www.elcorreodesalem.com




-~--------------------------------------------------------------------~-
SYSNET - Servicios y Soluciones Web
Dominios, Hosting y Diseño Web Personalizado
Mantenimiento y actualización de Webs.
CLIC AQUI ==>> http://www.elistas.net/pr/579
--~------------------------------------------------------------------~--


--------------------------------------------------
Eduardo González Viaña [gonzale@wou.edu]
--------------------------------------------------
Si no quieres seguir recibiendo el CORREO DE SALEM,
sólo tienes que enviar un correo en blanco a:
salem-baja@eListas.net
--------------------------------------------------
Si alguien que conoces quiere recibir el CORREO
DE SALEM, dile que envíe un mensaje en blanco a:
salem-alta@eListas.net
--------------------------------------------------



--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274

No hay comentarios: