lunes, 9 de septiembre de 2013

Fwd: 8 de septiembre. Día Mundial de la Alfabetización. Leer necesita un hogar. Folios de la Utopía.



 

 
 
 
 

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina

 

2013 AÑO

EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD

Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO

 

SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,

DE LOS DERECHOS CÍVICOS

DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA

 

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

 

VALLEJO

EN EL ALMA

 

RECITAL DE

FREDERIK

SOTOMAYOR CARRANZA

 

MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE

6.30 PM.

CASA DE LA LITERATURA PERUANA

ANTIGUA ESTACIÓN

DESAMPARADOS

 

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PRESENTACIÓN

DEL LIBRO DE POESÍA

 

ALHELÍ

 

DE

DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 

SÁBADO 2 DE NOVIEMBRE

6 PM.

CASA DE LA LITERATURA

PERUANA. ANTIGUA ESTACIÓN

DESAMPARADOS

 

7.30 PM.

AULA CAPULÍ

 

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CONVOCATORIA

 

XV ENCUENTRO INTERNACIONAL

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

TELÚRICA DE MAYO, 2014

 

LIMA:

MARTES 20

Y MIÉRCOLES 21

 

TRUJILLO

JUEVES 22

 

SANTIAGO DE CHUCO

VIERNES 23

SÁBADO 24

Y DOMINGO 25

DEL MES DE MAYO

 

*****

 

PÁGINA WEB

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*****

 

Teléfonos Capulí:

420-3343 y 420-3860

99773-9575

 



 

 

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8 DE SEPTIEMBRE

 

 

DÍA MUNDIAL

DE LA

ALFABETIZACIÓN

 

 

FOLIOS

DE LA

UTOPÍA

 

 

LEER

NECESITA

UN HOGAR

 

 

Danilo Sánchez Lihón

 

 

1. Rol

de la familia

 

El niño aprende a cabalidad el lenguaje oral y a escuchar y hablar perfectamente por una profunda motivación de tener que comunicarse llana y fluidamente con los seres que lo rodean y que forman parte de su hogar. De igual modo el factor más importante que influye en nuestro comportamiento lector es la familia que constituye el ámbito más directo e inmediato de influjo en la vida del niño.

Porque, ¿cómo es que los niños aprenden a hablar de modo tan natural un lenguaje que es un saber complejo y lo alcanzan a dominar de manera tan plena, lúcida y fluida? La respuesta es sencilla: interactuando con el habla en su círculo vital, en su familia, para lo cual no se descontextualiza al niño enviándolo a otra parte, de lo contrario es posible que no aprenda nunca o lo haría siempre mal.

Para que el niño aprenda a hablar no se le introduce en un centro educativo ni se le confina en un salón de clases. Tampoco se le asigna un profesor ni se le programan lecciones, menos se sigue la pauta de un currículo o se elabora un sílabo, ni un manual ni se instala un pizarrón. ¡Felizmente para ello no se nos ha ocurrido endilgarles tareas!, ni aplicarles con ferocidad pruebas de evaluación. Él aprende a hablar para ser y actuar en la vida como cabe pretender que lea para lo mismo, alumbrándose con todo lo que nos ofrecen y prodigan los libros pero a partir del núcleo básico del hogar.

 

2. Crear

un ambiente

 

Los niños aprenden a hablar estimulados por los seres que comparten su mundo familiar y circundante, y como una exigencia libre, intensa y afectiva de comunicación.

Lo hacen por sí mismos y de una manera dichosa y feliz, retozando y a su propio ritmo y compás; también porque cada logro se lo celebra y se lo festeja de la manera más natural. Porque, ¿quién no se deja seducir por la manera cómo ellos van asignándole un sonido a cada componente y referencia de la realidad?

Nos endulzamos que lo hagan de manera única, curiosa y hasta rara; sin someterlos a una norma rígida sino aceptando y hasta haciéndoles sentir que nos encanta que digan las cosas a su modo, a su capricho, entonando ellos siempre de aquel modo el canto a los quereres, a los afectos y con ello el sencillo y candoroso homenaje a la vida.

Así aprenden a hablar. Pero no hacemos lo mismo con el código y su ejercicio de la palabra escrita, sino que allí nos convertimos en autoridades severas y en pontífices categóricos y en burócratas impacientes, dispuestos a someterlos a cánones, técnicas y a evaluaciones. Allí somos "profesionales" y utilizamos todo el aparato formal en dicha coerción.

Y, ¿cuál es el resultado? Un verdadero desastre. Porque poco a poco lo que aprendieron bien al hablar lo terminan perdiendo y anulando. Y se crispan con el lenguaje, convirtiéndolo en cercos de alambres de púas, y en espinas.

 

3. Contexto

vital

 

Por eso, si fuéramos sensatos, el paradigma del aprendizaje del lenguaje hablado debe constituir también el modelo para la enseñanza y el aprendizaje del rico y enorme caudal de la palabra escrita y de la lectura como práctica gozosa y permanente.

Si el niño no escucha que las personas hablan en su casa es seguro que nunca hablaría con presteza. ¿Cómo pretender que lea sin que tenga estímulos, materiales, tiempos disponibles y ejemplos al interior de su hogar para recrearse con los libros que son práctica mágica y hasta relación con lo sublime?

Si el niño no ensayara continuamente en silabear, vocalizar, construir palabras estimulado por los seres que más quiere y en función de los asuntos más cotidianos, indudablemente se demoraría mucho en la adquisición de la capacidad de hablar.

Igualmente, sino garabatea, sino descubre las figuras e inscripciones sencillas en todo soporte, sino hojea las páginas de revistas, libros y cualesquiera otros materiales impresos, difícilmente adoptará la lectura de manera espontánea, sincera y eminente.

Para desarrollar adecuadamente la lectura es importante considerar entonces el rol de la familia y del contexto vital, conformado hasta por el vecindario y la misma ciudad en que vive.

 

4. Motivación

a la lectura

 

El niño desde antes de los seis meses de vida uterina es un ser que tiene sensaciones muy nítidas, tanto que puede oír, gustar, oler, percibir. Es capaz de tener emociones y sentimientos: disfruta de la música, del ritmo, de la tranquilidad. Los neurólogos advierten que en ese claustro incluso memorizan lo que aprenden

Mientras el niño se encuentra en el vientre materno siente la luz, oye y se expresa. Tanto es así que cuando la madre gestante se levanta y bruscamente enciende la lámpara, el niño en el vientre reacciona con un movimiento brusco que indica que le han interrumpido su sueño y se ha despertado.

Y así como duerme en el vientre también allí juguetea; y para que ello sea posible tiene que orientarse percibiendo estímulos.

En esa situación ¿Qué poder no podrá ejercer la voz de su madre? Indudablemente que mucho, siendo capaz la criatura de oírla, de entenderla, manifestar su contento y hasta de guardar aquella experiencia en lo más íntimo de su ser.

Entonces, ¿qué mejor manera de llegar hasta él que con algunas rimas, cantilenas, glosolalias, candombes y jitanjáforas?

 

5. A la sombra

de un verde limón

 

Como éstas:

Pum, purum,

purum, pumpá.

***

Upa y upa

upa y apá

***

Caracol, col, col

saca tus cachitos

y ponlos al sol.

***

Tin, Marín

de la pingüe,

cúcara, mácara

títere fue.

***

Esta es la noche

este es el día.

Y esta es la boca

de doña María.

***

Manzanita del Perú

¿cuántos años tienes tú?

***

Lorito de Portugal

saca tu patita

para darte un real

***

Sana, sana

colita de rana

y si no sanas hoy

sanarás mañana.

***

Estaba la pájara pinta

a la sombra de un verde limón

con el pico picaba la rama

con la cola movía la flor.

 

6. Creando

símbolos

 

Y algunos pequeñísimos cuentos circulares, como éstos:

          Este es un gato

          que tenía los pies de trapo

          y la cabecita al revés.

          ¿Quieres que te lo cuente

          otra vez?

          –¡Sí!

          –Este es un gato...

O bien este otro:

–¿Quieres que te cuente el cuento

  de la vaca Victoria?

–Sí.

–Se murió la vaca y se acabó

  la historia.

Si es así, si incentivamos al niño con el lenguaje antes de haber nacido, el niño ya nacido buscará por propia iniciativa, cuando está incentivado, todos los recursos de comunicación y expresión, desde el balbuceo, el llanto, los movimientos, para después refinarse en el gesto, el dibujo, la palabra.

Y, en esta misma secuencia está el trazo, la marca y la dimensión gráfica que es punto de inicio y de partida para el signo lingüístico y la letra,  y consecuentemente para la escritura y la lectura; es decir para construir, desconstruir y volver a construir libremente nuestro destino.

 

7. La palabra

hecha fiesta

 

Jugar con las palabras es la mejor manera de descubrir y afianzar el sentido que ellas tienen, pues la palabra ante el niño tiene que ser maravilla, dije y abalorio; como tiene que ser un ser vivo sea animal o flor: gato, león, tigre; el clavel, el geranio o la rosa; o bien personajes de fábula: enano, gigante o endriago; es decir vivacidad y magia pura.

Para motivar a la lectura, para aprender a leer, para escribir poesía: jugar entonces con la palabra; mucho más con la palabra escrita que tiene que aparecer ante los ojos del niño con todo el poder que ella tiene de revelación y convocación. Porque ella contiene nuestra voz y como tal hace duraderas e interactivas, comunes e intercambiables, nuestras emociones y sentimientos, frecuentemente a largas distancias y en tiempos incluso dispares.

La palabra escrita tiene que ser un espejo, un puente, una corriente de agua en donde el niño deba tratar de mirarse y encontrar su rostro, admirar su ser y posesionarse de su lengua:

Luna, lunera                 

cascabelera.                

Cinco toritos                 

y una ternera.

 

8. Por la estrecha ruta

de una pista rota

 

He aquí algunas muestras:                                    

Cinco niñitos                

tiene mi tía:                  

uno le canta                 

otro le pía                    

y otro le baila 

la chichibiría.

***

Con lana tejí la luna      

y fue una luna lunar      

la lana tenía un nudo

que fue en la luna

un lunar.

***

Por la estrecha ruta

de una pista rota

Caminaba Rita,

cuando alguien le reta

¡Guarda que una rata,

te muerde la pata!

***

La avenida estaba repleta

y con una sola silueta

es la Anacleta Mofleta

que andaba en bicicleta

con una sola chancleta.

Y así como se haría con la palabra oral hay que dar a los niños las más variadas y ricas oportunidades de retozar e interactuar con la palabra escrita.

 

9. Autoestima

personal

 

Un aspecto importante en lo que significa aprendizaje y dominio de la lectoescritura es la autoconfianza, el sentimiento de seguridad y la autoestima del niño que en ningún momento se sientan melladas; primero de saber que él puede aprender sin frustraciones ni fracasos y en segundo lugar la convicción de que ese saber es suyo, no de los padres ni de los mayores, sino propio de él y que consecuentemente le pertenece.

Afianzar la autoestima es enfatizar en los sucesos de éxito antes que en los de error o fracaso. Porque hace más el que quiere y se siente confiado que el que puede porque está dotado de todos los dones y recursos pero es inseguro y desconfiado.

Porque, ¿qué es la lectura sino una manera muy callada y profunda de ser el centro del mundo, de ser los protagonistas de todo, los grandes actores de la aventura humana de todos los tiempos, los grandes maestres de campo de las más gloriosas batallas, y hasta las de un taumaturgo que salva y redime?

Leer es una manera profunda de explorar mundos, de ser aventureros, personaje de fábula, héroes insignes en donde –sin darnos cuenta quizá– el centro de todo somos nosotros mismos; con todo el peligro de exponernos que ello significa. ¿Se podrá conseguir eso si no me amo y más bien me descalifico y hasta me desprecio?

 

10. Feliz relación

con el lenguaje oral

 

De allí que sea verdad cuando se dice que el valor del niño no consiste en que algún día sea hombre adulto sino principalmente en la heroicidad de su devenir y en la forma cómo vive su infancia.

Y no hay ámbito donde pueda engrandecerse el hombre más que en  esta maravillosa etapa; y para  ello no hay lugar que le sea más fecundo, propicio y fulgurante que  la lectura.

Y todo esto no esperemos que sea la escuela la que le brinde y ofrezca, ni le abra esa puerta. Porque sencillamente no lo hará. Es el hogar el que no le debe negar ese sortilegio.

Y luego, hacer el nexo entre palabra hablada y escrita. Este es un primer conocimiento básico y estructural para el niño a quien anhelamos preparar como lector.

Para este conocimiento él tiene que ubicarse en la vida y en la realidad. Que entienda y sienta la lectura no como algo ligado o perteneciente a la escuela, sino como válida y preciosa para sí mismo y para la vida. De ese modo habremos construido bien el cimiento para lograr un lector gozoso, creativo y permanente

 

 

 

 

Texto que puede ser reproducido

citando autor y fuente

 

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Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
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